EDIFICIO “HIJOS DEL TRABAJO”, SAN ANTONIO
814, BARRACAS, BUENOS AIRES.
Por la Arq. Carla Levin Rabey (*)
Introducción
Todas las ciudades que han crecido en el transcurso de la historia tienen sus propias
señas, su carácter y su personalidad; ese es su patrimonio, y Buenos Aires debe
conservarlo. En los significados de este patrimonio debemos distinguir las
marcas del pasado que la ciudad conserva, en el proceso de hacerse a sí misma y
de hacer su identidad e historia. “Hijos
del Trabajo”, así llamado el edificio que alberga a la logia masónica del
mismo nombre, tiene su lugar en Barracas que, junto con La Boca, fueron focos
vivos de actividad masónica. Las Logias allí existentes, en actividades
abiertas, posibilitaron la creación de clubes y asociaciones mutuales, algunas
de las cuales aún subsisten.
Como consecuencia de la epidemia de
fiebre amarilla y la re-estructuración económica promovida por la generación
del ´80, proliferaron en la zona negocios, talleres, industrias y casitas
modestas levantadas por inmigrantes -en su mayoría italianos- que se
establecían en su lugar de trabajo. La zona se perfiló definitivamente como asiento
de familias laboriosas. Se instalaron modernos establecimientos que aglutinaron
a centenares de trabajadores, que van conformando las primeras agrupaciones
gremiales o “sociedades de resistencia”, alentadas intelectualmente entre otras
por la Logia “Hijos del Trabajo” la
cual, eventualmente, brindaba apoyo económico o posibilitaba las reuniones
clandestinas.
La masonería, institución esencialmente
filosófica, filantrópica y progresista, reúne a individuos de distintas
religiones, diferentes ideas políticas, desiguales niveles culturales,
intelectuales sociales y económicos. Esto es, distintas formas de pensar y de
vivir. A todos ellos los une la común idea de igualdad, libertad y fraternidad
que cada uno debe aprender, asimilar y desarrollar empleando los métodos que la
institución propone. La Masonería emplea formas simbólicas sacadas
principalmente del oficio de albañil y de la arquitectura para la transmisión
de sus enseñanzas. El simbolismo es una de las peculiaridades que caracterizan
y distinguen a la masonería especulativa, poseyendo los símbolos una
explicación racional y lógica que facilita el entendimiento de su mensaje. La
orden se propone la investigación de la verdad, el perfeccionamiento del
individuo y el progreso de la humanidad. Su lema es Ciencia, Justicia y
Trabajo. Se privilegia el trabajo por ser la forma de desarrollar armónicamente
la personalidad humana.
Hoy Barracas conserva este edificio, verdadero monumento masónico ubicado en
la calle San Antonio 814, de
enigmática fachada cargada de simbolismos, muy ligados a la masonería
filosófica en correspondencia con la situación de esta logia que creó un Capítulo
entre los años 1918 y 1935. (1) “Hijos
del Trabajo” toma ese nombre con toda la carga simbólica que representa. Su
razón de ser es Barracas. Allí la logia instala su “taller” (como lo llaman los
masones) y actúa no sólo en forma privada, sino con un compromiso muy grande
con el barrio, desde el punto de vista político y social.

Foto actual del Templo de "Hijos del Trabajo"
La Ciudad de Buenos Aires declaró en el año 2002, sitio de interés cultural a la Fachada
de la Logia Masónica “Hijos del Trabajo”, sita en San Antonio 814, del barrio de Barracas,
por medio de la Ordenanza N° 48.475/1994.
Como edificio referencial para la ciudad tiene un
sentido y una función particulares que trascienden lo estético o lo estrictamente
patrimonial para convertirse en un núcleo del orden -temporal y espacial-; en
una valla frente al avance del desorden representado por el olvido y por la
pérdida del sentido del lugar. Así, el edificio, de valor patrimonial adquiere
su verdadero sentido solamente en su relación con su entorno (físico y social),
pero, paralelamente, el ambiente mismo adquiere su sentido a partir de su
relación con el edificio: ambos cobran significado, uno en función del otro.
Más aún, la unión de ambas partes da lugar a un significado que no existía en
cada una de ellas.
Las
Instituciones que funcionaron en el edificio
La Logia Masónica:
La Logia Masónica:
“Hijos del Trabajo”se
fundó el 14 de marzo de 1882 y en el término de ocho años hubo de mudar
su sede cuatro veces, creyéndose que sus miembros habrían sido objeto de
persecuciones. De la Av. Santa Lucía 245, o calle Larga de Barracas, por donde
circulaba el tranvía a caballos, se trasladó a la calle Industria 14 (hoy
Aristóbulo del Valle), esto era Barracas al sur. En Julio de 1884, la logia se
trasladó a Baracas al Norte, calle Salta 22 (hoy Vieytes) y por último, el 22
junio de 1890, se instaló en su sede definitiva de San Antonio 814, en la que
trabajó, en forma ininterrumpida hasta el 6 de abril de 1983 (101 años), en que
es disuelta por decreto número´4228 de la gran Logia de la Argentina de Libres
y Aceptados Masones, debido a al que logia, prácticamente, no tenía actividad.
En 2003, por iniciativa de un grupo de hermanos masones la Gran Logia, autoriza el relevantamiento de
columnas de la Logia Hijos del Trabajo
Nro 74, con sede en su edificio histórico de San Antonio 814, que continúa
hasta la actualidad. Entre sus miembros originales se destacó un elevado número
de italianos, seguido por argentinos, españoles, franceses e ingleses, éstos
últimos, empleados del ferrocarril.
Acta de la fundación de la Logia Hijos del Trabajo
La Mutual:
“Art. Primero: Desde
la fecha se constituye en forma civil la sociedad masónica “Hijos del Trabajo”,
la que funciona en esta ciudad de Buenos Aires, en el local de su propiedad
calle San Antonio 814 y cuya existencia data del 14/05/1882...”
“Art. Segundo:
...tiene por objeto difundir entre sus asociados la educación, instrucción
civil y moral, practicar la caridad y el socorro mutuo entre los mismos bajo el
precepto “Uno para todos, todos para uno”, velar por la libertad civil y la
conciencia y por el perfeccionamiento de la humanidad.”
El 21 de junio de 1904 fue reconocida como
Persona Jurídica por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional y está inscripta en
la Inspección General de Personal Jurídicas bajo el Número C-204. Por Decreto
del PEN N° 56872 del 6 de marzo de 1940, la Asociación Civil, Sociedad Masónica
“Hijos del Trabajo”, cambió su denominación a la de Sociedad Masónica y de
Ayuda Mutua “Hijos del Trabajo”. El nuevo Estatuto fue aprobado por Decreto del
PEN N° 112.704 de fecha 2 de febrero de 1942 y los Reglamentos recibieron su
aprobación de la IGJ el 17 de marzo de 1943. El Instituto Nacional de Acción
Mutual la reconoció como tal el 7 de marzo de 1947, siendo inscripta en el
Registro Nacional de Mutualidades con la Matrícula 182 de la Capital Federal,
folio 260, de conformidad al art. 4° del Dto./Ley 24499/45. El nuevo Estatuto
sufrió reformas a fin de adaptarse a las normas qye establecía la ley 12.921
para asociaciones mutualistas, siendo aprobado por Dto. del PEN N° 21356 del 9
de octubre de 1950. Su radio de acción quedó establecido en la Capital Federal
y tenía por objeto la Ayuda Mutua, consistente en:
1.- Otorgar subsidios por fallecimiento
2.- Acordar préstamos a sus asociados
Además tenía
como finalidad accesoria:
a.- Difundir entre sus asociados la educación e
instrucción civil y moral
b.- Practicar la caridad y efectuar beneficencia a
personas ajenas a la institución
c.- Sostener una Biblioteca.
Como sociedad civil logró
beneficios impositivos. Así en 1935 obtuvo la rebaja en la tarifa eléctrica
equiparable a la de casa de familia, concedida por la Cía Hispanoamericana de
Electricidad. En la Memoria y Balance General del 20 de julio de 1941 se lee:
“Por el carácter mutualista y de ayuda mutua de nuestra institución hemos
obtenido la exoneración de impuestos Territoriales y Derecho de Inspección de
Sociedades Civiles” y en 1947 se menciona la gestión para la ampliación de las
exenciones relacionadas con Obras Sanitarias, Municipales de ABL e Impuestos a
los Réditos. La Mutual sobrevivió hasta 1975, año en que, por disposición de la
Asamblea extraordinaria reunida al efecto, se le disuelve por inactividad.
La Biblioteca Federico Garrigós:
La Biblioteca instalada en la sede
de San Antonio 814, lleva ese nombre en homenaje a Federico Garrigós, quien en vida fuera hermano masón y legara toda
su fortuna al Hospital de Mujeres, a la Sociedad de Beneficencia y a las Logias
Masónicas. Se construyó en la parte trasera del edificio, remodelado al efecto
en 1919 y se convirtió en Biblioteca Popular el 10 de diciembre de 1927, siendo
sostenida por los recursos de la Sociedad, contando con la Protección de la
Comisión de Bibliotecas Populares hasta el 1° de agosto de 1932, reabriendo sus
puertas en 1934, solicitando nuevamente la protección de esa Comisión a fin de
obtener los beneficios de la ley Sarmiento. Desde el 1° de enero de 1951, dejó
de pertenecer al circuito de Bibliotecas Populares, cumpliendo actividades
reservadas a los socios.
En la actualidad los miembros de la Logia Hijos del Trabajo han constituido la Asociación Civil Biblioteca Popular Federico Garrigós, con la intención de volver al circuito de Bibliotecas Populares y han reanudado su actividad desde el año 2006, en favor de la comunidad barrial.
La
En la actualidad los miembros de la Logia Hijos del Trabajo han constituido la Asociación Civil Biblioteca Popular Federico Garrigós, con la intención de volver al circuito de Bibliotecas Populares y han reanudado su actividad desde el año 2006, en favor de la comunidad barrial.
La Logia Masónica, su
Mutual y la Comunidad
Tanto la Logia cuanto la
Sociedad Civil destinaron importantes fondos para la Beneficencia y ayuda
solidaria. En algunas de las Memorias de esta última se puede leer: “La caridad y la beneficencia, lema que
distingue bien alto a la Masonería, jamás ha sido descuidada por nosotros en
ningún caso. Sin ostentación alguna y compenetrados de la buena acción que se
realizaba, hemos socorrido, dentro de lo posible y de las circunstancias, a
todas aquellas personas que por tristes contingencias de la vida llegaron a
necesitar de nuestros auxilios”.
“La Masonería no solamente ayuda a sus asociados, ante la necesidad no hace distingos y es por eso que todo pedido fue atendido, una vez comprobada su realidad, dentro de lo posible; y si más no hemos hecho es porque nuestros recursos son limitados y no lo suficientemente amplios como para ayudar a todos aquellos que sufren en el indigencia”.
“La Masonería no solamente ayuda a sus asociados, ante la necesidad no hace distingos y es por eso que todo pedido fue atendido, una vez comprobada su realidad, dentro de lo posible; y si más no hemos hecho es porque nuestros recursos son limitados y no lo suficientemente amplios como para ayudar a todos aquellos que sufren en el indigencia”.
Del Tesoro General siempre partieron
contribuciones a las escuelas laicas e instituciones filantrópicas, además de
las ayudas prestadas directamente. Entre otros se donaron recursos para
socorrer a las víctimas del terremoto de Sicilia y Calabria de 1909; a las
víctimas de Barcelona en 1910; se efectuó reparto de ropa, calzado y víveres en
ocasión del 25 de mayo de 1914; se brindó ayuda al Ejército de Salvación en 1918;
reparto de víveres en ocasión del 9 de julio de los años 1921, 1922, 1923,
1924, 1925 y 1926; con motivo de la inundación que azoto a Buenos Aires y
puebles suburbanos en 1940, la sociedad aportó cien pesos moneda nacional en la
colecta organizada por el PEN; contribuyó con doscientos cincuenta pesos m/n a
la colecta organizada por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, pro
víctimas del terremoto de San Juan en 1944 y otro tanto a la colecta organizada
por el PEN a favor de los pueblos devastados por la guerra en 1945.
La Biblioteca "Federico Garrigós" y su labor cultural
El Sr. Armando Cerimedo fue el gran
impulsor de esta iniciativa en su carácter de Biblioteca Pública. En 1920,
expresaba: “para que llene una sentida necesidad en esta localidad y de este
modo hacer verdaderamente obra práctica”. Hacia 1922 se imprimieron el
Reglamento y el Catálogo, remitiéndose
un ejemplar de este último a cada logia con las que se tenían
relaciones. Se contaba con 1207 ejemplares, además de diarios y revistas. En
1926, se obtiene un subsidio de mil pesos moneda nacional acordado por el Hon.
Consejo Deliberante de la Capital, para fomento de la Biblioteca. Hacia
diciembre de 1926, contaba con 1.600 volúmenes, en 1938 con 2.073 libros de
materias generales, 47 libros masónicos y 160 folletos varios. En 1945
incrementó su catálogo, legando a los 2.732 volúmenes y en el inventario
realizado en 1967 se contabilizaban 3.000 ejemplares.
Ya en 1935 se comentaba con sorpresa
en su Memoria que la afluencia de lectores en muy grande contándose entre 30 a
35 diarios, siendo grato observar la cantidad de niños que concurren a efectuar
consultas o a distraerse en la lectura amena e instructiva. Durante toda su
histora acrecentó al caudal bibliográfico por donaciones y compras efectuadas a
través de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares. El Reglamento de la
Biblioteca está fechado el 23 de septiembre de 1936 y establece que el material
de lectura puede ser consultado sin remuneración alguna, debiendo un no socio
depositar dinero en efectivo, en calidad de garantía, para retirar libros en
préstamo. Las autoridades de la Biblioteca eran las mismas que las del Consejo
de Administración de la Sociedad Masónica “Hijos del Trabajo”, corriendo los
gastos que demande su funcionamiento a cargo de dicha Sociedad y con la
contribución voluntaria de sus miembros.
La Biblioteca estuvo vinculada a la realización de actos culturales con la comunidad de Barracas. Así es que en 1935 “a fin de estimular al niño al estudio, investigación y aplicación en la escuela, se organiza entre los escolares concurrentes y enteramente gratis, un concurso patriótico sobre el tema Domingo Faustino Sarmiento, su vida y obra...” estos concursos otorgaban cinco premios. En 1936, el concurso se denominó Carlos Ameghino, rindiendo así un homenaje al insigne hombre de ciencia. También la Biblioteca organizó reuniones públicas gratuitas en salones de espectáculos de la localidad, donde se desarrollaron temas vinculados al campo científico y su difusión en la sociedad.
En la actualidad los integrantes de la logia Hijos del trabajo, han constituido una Asociación Civil sin fines de lucro denominada “Biblioteca Popular Federico Garrigós”, adoptando el Estatuto tipo de la Comisión Nacional de Protección de Bibliotecas Populares. La Nueva Asociación tiene como objetivo reabrir la Biblioteca en su carácter de Popular, alentando cubrir una necesidad actual ya que no existe ninguna Biblioteca Popular en Barracas. Por espacio de cinco años ha venido prestando servicios de consulta de libros y ayuda escolar para niños del barrio, organizado reuniones de vecinos con problemas de vivienda; actos culturales y conferencias, entre los que se encuentra, desde 2012, su participación en La Noche de los Museos, habiendo recibido más de un millar de visitantes.
La Biblioteca estuvo vinculada a la realización de actos culturales con la comunidad de Barracas. Así es que en 1935 “a fin de estimular al niño al estudio, investigación y aplicación en la escuela, se organiza entre los escolares concurrentes y enteramente gratis, un concurso patriótico sobre el tema Domingo Faustino Sarmiento, su vida y obra...” estos concursos otorgaban cinco premios. En 1936, el concurso se denominó Carlos Ameghino, rindiendo así un homenaje al insigne hombre de ciencia. También la Biblioteca organizó reuniones públicas gratuitas en salones de espectáculos de la localidad, donde se desarrollaron temas vinculados al campo científico y su difusión en la sociedad.
En la actualidad los integrantes de la logia Hijos del trabajo, han constituido una Asociación Civil sin fines de lucro denominada “Biblioteca Popular Federico Garrigós”, adoptando el Estatuto tipo de la Comisión Nacional de Protección de Bibliotecas Populares. La Nueva Asociación tiene como objetivo reabrir la Biblioteca en su carácter de Popular, alentando cubrir una necesidad actual ya que no existe ninguna Biblioteca Popular en Barracas. Por espacio de cinco años ha venido prestando servicios de consulta de libros y ayuda escolar para niños del barrio, organizado reuniones de vecinos con problemas de vivienda; actos culturales y conferencias, entre los que se encuentra, desde 2012, su participación en La Noche de los Museos, habiendo recibido más de un millar de visitantes.
(*) Este trabajo fue redactado por la Arq. Carla Levin Rabey en diciembre de 1999, luego de una reunión que mantuvo con miembros de la Orden en el edificio de San Antonio 814, siendo autorizada a leer las Actas Masónicas y Civiles de Hijos del Trabajo, desde 1882 en adelante, como así también documentación administrativa y correos de esa R. Logia.
Desarrolló su tarea acompañada por la Historiadora Olga Vitali, quien ya había publicado, un tiempo antes un artículo que salió publicado en El Cronista -Sección Arquitectura- sobre la fachada del edificio y los misterios que él guardaba. Nuestro Taller agradece a la Historiadora Vitali, quien presto su apoyo incondicional en la reconstrucción histórica de la Logia, del edificio y su contexto.
La Arq. Levin Rabey, también colaboró, en 2003 con la sanción de la Ley 1023 de la CABA que incorporó al Catálogo de Edificios de interés arquitectónico e histórico de la Ciudad.
En los primeros años del siglo actual, un grupo de integrantes de varios talleres relevantó columnas de la R.L. Hijos del Trabajo N° 74, que hasta el día de hoy continúa su actividad vigorosa dentro del barrio de Barracas, en nombre de la Masonería Argentina.
Por estas razones, el trabajo original de la Arq. Levín Rabey ha sido actualizado con nuevos datos y referencias a la logia Hijos del Trabajo.-
Notas:
(1) A la masonería se accede mediante la iniciación,
siendo lo iniciático un compromiso personal, y no una situación formal. Esta
logia actuaba dentro del simbolismo con sus tres grados en la búsqueda de
perfeccionamiento, que son el de Aprendiz, Compañero y Maestro. Por otro lado,
participaba de la masonería filosófica cuyas jerarquías llegan al grado treinta
y tres. En aquel tiempo la Gran Logia, cabeza e la masonería Simbólica y el
Supremo Consejo Grado 33, titular de la Masonería Filosófica, eran un solo
cuerpo, por lo que las logias que funcionaban en el filosofismo se llamaban
Capítulos o Logias Capitulares. La Logia "Hijos del Trabajo", fue
Logia Capitular, ya que en el periodo masónico comprendido entre los años
1918-1919, "Hijos del Trabajo" se definía como Aug. y Resp. Log.
Cap., en las planchas donde presenta el cuadro de miembros y continúa siéndolo
hasta el periodo 1934-1935. Algunos miembros fundadores de esta logia poseían
grados superiores al tercero, lo que se expresa en las Actas masónicas y es
posible que hayan propiciado la formación de un Capitulo.
(2) La información que se consigna a continuación surge de la
lectura de las Actas Masónicas y Civiles, como asi también de Copiadores de
correspondencia pertenecientes a la Logia "Hijos del Trabajo", que se
han conservado en el edificio.